sábado, 14 de mayo de 2011

Freestyle Hostel Rome

No había camas suficientes para nosotros, así que nos dirigieron amablemente a un piso justo en el lado opuesto de la manzana. El piso contaba con 3 habitaciones con entre 6 y 8 camas cada una, un baño, y una sala de estar. En este espacio es donde se desayunaba, bebía, conversaba, compartía, etc.. Nosotros coincidimos con 3 canadienses, amantes del hockey, los viajes y la cerveza (aunque como se ve en la foto, esa noche consideraron más apetecible una botella de 5 litros de vino blanco barato). También nos juntamos con 3 chicas alemanas, y una americana. En el mismo alojamiento había otras chicas con las que no tuvimos oportunidad de hablar. Le habían sacado mucho partido al lugar, algo exagerado para una vivienda con un solo baño.

Mantuvimos debate con los canadienses. Nos ofrecieron catar el vino barato y pronto escupieron opiniones para animar a la conversación. Ellos estaban en contra de la política que existe en Canadá de reparación y reconciliación con los pueblos indígenas (permisividad en la brutal caza de focas, ayudas económicas para acceder a estudios universitarios, facilidades para integrarse en el modo de vida moderno...). Una postura corta de miras y sin profundización en otras vertientes del problema. Una crítica simple, y lejos de ser constructiva, solo estigmatizaba aún más a los pueblos aborígenes. También hablaron de sus tantas diferencias con los estadounidenses y su modo de vida. Les incomodaba ser percibidos como americanos, sin embargo no tenían reparo en tratar a la población originaria de su moderno país como una única masa homogénea. Curioso ¿verdad?

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