Un fraile con su tradicional atuendo en las calles de Florencia esperando al autobus. He descubierto la diferencia entre monje y fraile: el monje no suele salir del monasterio y se dedica a la oración mientras que un fraile es trasladado a diferentes lugares y por lo tanto no tiene un hogar fijo y no se le puede relacionar con ningún sitio en concreto. Por lo tanto, no podría afirmar que este monje sea realmente Florentino. A sus espaldas se encuentra la característica fachada de la Basílica de Santa María Novella, con sus arcos alternados con marmol verde y blanco. El fraile permanece ausente, contemplando el movimiento humano y de automóviles en la Via Panzani. Probablemente agradecerá que se acerque el ocaso, ya que esto significa que el Sol deja de ser una molesta y ardua esfera dorada, y llega por fin la calma y serenidad del crepúsculo y atardecer, refrescando ligeramente el ambiente hasta el punto de la calma y equilibrio de temperatura.
